martes, febrero 27, 2007

PARA AL GORE, su casa es su propia verdad incómoda. El día siguiente a su Oscar por el docutrola en que pide que ahorremos energía para salvar el planeta, se ha sabido por datos de la compañía eléctrica de Nashville que su mansión en el exclusivo Belle Meade, a las afueras de la ciudad, consume más energía en un mes de la que consume el americano medio en un año, y además ha aumentado desde que estrenó su panfleto:
The average household in America consumes 10,656 kilowatt-hours (kWh) per year, according to the Department of Energy. In 2006, Gore devoured nearly 221,000 kWh—more than 20 times the national average.

Last August alone, Gore burned through 22,619 kWh—guzzling more than twice the electricity in one month than an average American family uses in an entire year. As a result of his energy consumption, Gore’s average monthly electric bill topped $1,359.

Since the release of An Inconvenient Truth, Gore’s energy consumption has increased from an average of 16,200 kWh per month in 2005, to 18,400 kWh per month in 2006.

Gore’s extravagant energy use does not stop at his electric bill. Natural gas bills for Gore’s mansion and guest house averaged $1,080 per month last year.

ACTUALIZACIÓN. Aún más incómoda es la verdad de que el rancho de Bush en Texas es más verde que la mansión de Gore.

ACTUALIZACIÓN II. Gore ha contestado:
What Mr. Gore has asked is that every family calculate their carbon footprint and try to reduce it as much as possible. Once they have done so, he then advocates that they purchase offsets, as the Gore’s do, to bring their footprint down to zero.
Menuda tontería, y menuda inmoralidad. Tontería porque el aumento del consumo, particularmente desde el estreno del documental -que es lo más sangrante de todo el asunto- indica que no ha hecho realmente los deberes (mientras tanto Bill Frist, el ex-senador republicano que perdió el escaño el pasado noviembre, porque era malo y un vendido a los intereses de las empresas de energía y las petroleras, tiene su casa también en Nashville, pero calentada por energía geotécnica y no gasta un duro en electricidad).

Pero además, es una inmoralidad porque lo que está diciendo Gore es que se puede malgastar la energía siempre que se compense en inversiones ecológicas en función de ese malgasto. Y claro, eso es algo que está muy bien para personas de renta elevada, quese pueden permitir el lujo de gastar dos veces: una en la energía consumida en sí misma, y otra al comprar esos offsets. Dicho de otro modo -algo demagógico lo admito, pero a la demagogia a veces hay que combatirla con demagogia-, la conclusión sería que los ricos que berrean contra el derroche energético pueden seguir con su estilo de vida sin hacer los sacrificios que piden al resto de los mortales. Después pueden comprar una bula con que lavar sus conciencias y expiar sus pecados, como en tiempos pretéritos cuando se quería comer carne los viernes.

Difícilmente podía quedar más en evidencia el componente quasi-religioso de los ecocondríacos.

ACTUALIZACIÓN III. Además, como dice Glenn Reynolds dando en el clavo, "But if things are as bad as he says, is carbon-neutrality enough? Shouldn't he be paying for all that tree-planting and cutting back on his energy usage? Why be carbon-neutral, if you can be carbon-negative?" Exacto..

ACTUALIZACIÓN IV. Je.